Langostinos cocidos en el plato./GM |
Ingredientes para la receta de langostinos cocidos (para 4 personas):
- 24 langostinos medianos congelados
- 1 corteza de un limón
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
- Agua
Método de elaboración de la receta:
Se descongelan la víspera
los langostinos. Al día siguiente se pesa el marisco y en una
cazuela se echa la misma cantidad
de agua que el peso de los langostinos.
Se agrega la sal, el aceite y la corteza del limón.
Cuando esté hirviendo el agua, se añaden los langostinos ya descongelados.
Una vez que vuelva a hervir el agua, se empieza a contar el tiempo de cocción. Se deja entre 90 segundos y dos
minutos, aunque dependerá del tamaño de los langostinos.
Pasado este tiempo, se sacan con una espumadera o paleta y se echan
en otra cazuela con agua fría o con hielo. Se dejan unos
5 minutos dentro y a continuación se
sirven bien escurridos a una fuente
listos para comer. A gusto se puede comer
con mahonesa o salsa rosa.
Propiedades nutritivas de los langostinos
Marisco por excelencia de estas
fechas, las navideñas, los langostinos se asemejan mucho al de las gambas
y las cigalas, aunque su composición nutricional tiene algunas particularidades que lo diferencian de
ellas.
Los langostinos son un alimento
poco energético (95 calorías por cada 100 gramos ), tienen un 20% de proteínas, presentan una
relación favorable de grasas poliinsaturadas frente a saturadas, además de un importante contenido en minerales (calcio, cinc, hierro, sodio,
magnesio y yodo) y algo menor de
vitaminas (niacina y vitamina A).
Su contenido en colesterol
es superior al de otros mariscos, sin embargo, en
relación a las cantidades que se consumen y a la calidad de su grasa, este alimento no resulta perjudicial. Las
recomendaciones respecto de la ingesta de colesterol están situadas en 300
miligramos al día, por lo que 100
gramos de langostinos
equivalen a dos terceras partes de
la ración diaria. El agua representa el 78% del peso del langostino.
El langostino es junto con las gambas el marisco con mayor contenido en fósforo (215 mg.). Debido a este aporte, el langostino contribuye a la mejora de determinadas funciones
de nuestro organismo, como la formación y desarrollo de huesos y dientes, la secreción de leche materna,
la división y metabolismo celular o la formación
de tejidos musculares. La presencia
de fósforo en las membranas celulares del cerebro es
fundamental, por lo que favorece la comunicación entre sus células, y mejora de esta manera el rendimiento
intelectual y la memoria.
Destaca la aportación de hierro (3,30
mg.) de los langostinos. Por ser un alimento rico en hierro el langostino colabora
en la renovación de las células sanguíneas, y posibilita el transporte de oxígeno
desde los pulmones hacia los diferentes órganos, como músculos,
hígado, corazón y cerebro.
Además, el hierro es indispensable en determinadas funciones de este último, como la capacidad
de aprendizaje, también incrementa la resistencia ante enfermedades,
por lo que refuerza las defensas frente a los microorganismos,
y previene estados de fatiga o anemia.
El contenido en yodo en los
langostinos es tres veces superior al de las gambas.
Por la presencia de yodo entre sus nutrientes, el
langostino favorece el funcionamiento de los tejidos nerviosos y musculares,
así como el sistema circulatorio.
Además, el yodo colabora en el metabolismo de
otros nutrientes, y juega un papel esencial en el adecuado
desarrollo de la glándula tiroidea.
Su mayor inconveniente es su elevado
contenido en colesterol: 200
miligramos cada 100
gramos . Por ello, quienes deben controlar su colesterol deben
excluir de su dieta al marisco.
Nutricionalmente, los langostinos
son similares a las cigalas, gambas y camarones. Una dieta con una elevada proporción de grasas saturadas, elevará
los niveles de colesterol en la sangre y
conllevará un mayor riesgo de padecer aterosclerosis -estrechamiento de las
arterias por la acumulación de lípidos en sus paredes- y otras enfermedades
cardiovasculares.