jueves, 21 de noviembre de 2013

Receta de bizcocho casero

Ingredientes para la receta de bizcocho casero (para 8 personas):

Jugoso aspecto del interior./GM
  • 1 vaso pequeño de aceite
  • 1 vaso pequeño de leche y un cuarto más
  • 1 limón (ralladura de la parte amarilla de la peladura)
  • 8 cucharadas soperas de azúcar
  • 2 huevos
  • 50 grs. de mantequilla
  • 12 cucharadas soperas de harina
  • 2 cucharadas pequeñas o un sobre de levadura química Royal o también llamada impulsor o gasificante (si no se tiene, se puede sustituir por una cucharadita de bicarbonato sódico con unas gotas de limón)
  • 1 chorro de brandy
  • 100 grs. de nueces
  • Azúcar glas (se puede elaborar triturando azúcar en grano en un molinillo de café o trituradora)


Método de elaboración de la receta:

1.- En un bol grande se mezcla el aceite, la leche, la peladura rallada de un limón limpio y el azúcar.














2.- Se revuelve todo con una cuchara y se le pasa la batidora.



















3.- Se separan las claras de las yemas de los huevos y las primeras se van batiendo en otro bol con el batidor con varillas hasta dejarlas a punto de nieve.











4.- Después de juntarlo con la masa anterior y mezclarlo poco a poco, se echan también las yemas y se revuelven de igual forma.
















5.- A continuación, se mezcla la harina con la levadura Royal y se va agregando a la masa poco a poco de forma tamizada, es decir, pasándola por un colador.






6.- Además, se le añade un chorro de brandy al gusto y se sigue revolviendo.






7.- El molde para elaborar el bizcocho se prepara untándolo con mantequilla.















8.- Se vierte en él toda la masa mezclada. Se le pueden agregar trozos de nueces por encima.

9.- Para finalizar, después de precalentar el horno diez minutos a 175 grados, se introduce en él el molde y se deja durante 50 minutos.
10.- Una vez sacado del horno, se separa el bizcocho del molde y se espolvorea por encima con un poco de azúcar glas.
Un sabroso bizcocho casero./GM


Información sobre la levadura Royal

Uno de los ingredientes que se incluye en esta receta es la llamada levadura Royal, uno de esos éxitos comerciales que ha conseguido que generaciones completas confundan el término levadura y piensen que la Royal lo sea.

En cierto modo es una levadura, pero es química, aunque correctamente hay que llamarla de otro modo. En la sección de ingredientes de las recetas se suele poner impulsor o gasificante, cuando toca introducir lo que comúnmente se conoce como levadura Royal, aunque valdría cualquiera de las diferentes marcas que existen en el mercado.

La levadura Royal es realmente levadura química, un gasificante o un impulsor que se utiliza en repostería para que las masas suban, ya que en el horno genera dióxido de carbono gaseoso o lo que es lo mismo genera las ‘burbujitas’ que hacen subir una masa de forma rápida. Por lo tanto, no tiene nada que ver con la levadura, puesto que no hay nada vivo en ella.

Lo que hay dentro de un sobre de 15 gramos de levadura Royal es básicamente la unión de una sal alcalina junto con un ácido. Esta unión o su mezcla en un medio como es la masa y la cocción en calor es lo que produce el dióxido de carbono. En concreto, la levadura Royal tiene bicarbonato sódico (sal alcalina) y difosfato disódico (un ácido).

Al contrario que las levaduras naturales, los impulsores no necesitan un tiempo de espera, ya que actúan rápidamente. De hecho, estos suelen tener dos reacciones, una inmediata e inapreciable al ojo humano, cuando se integran en la masa y otra, más visible, cuando se le aporta calor en el horno.

Los impulsores químicos y los gasificantes son los productos ideales para el preparado de bizcochos y magdalenas, no así para masas y panes.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Receta de pisto a la bilbaína

El pisto a la bilbaína se hace con verduras./GM

Ingredientes para la receta de pisto (para 4 personas):

  • 1 calabacín grande
  • 2 cebollas medianas
  • 3 o 4 pimientos verdes medianos
  • 1 lata de salsa de tomate de 250 grs.
  • 3 huevos 

Método de elaboración de la receta:

Se pela el calabacín, se le quitan las semillas y se parte en trozos pequeños. Se reservan.

En una cazuela se pochan las cebollas y los pimientos verdes picados en pedazos pequeños. Cuando estén hechos, se echa el calabacín partido, se deja cocer durante una hora y se revuelve de vez en cuando. En el caso de que se le vea caldoso, se destapa la cazuela y se tiene hirviendo un rato destapado.

Una vez hecho, se le añade la salsa tomate y se va mezclando todo entre dos y cinco minutos.

Por último, se agregan los huevos y se va removiendo todo. Se sirve con tres rodajas de pan.


Información nutricional del calabacín

Aunque el calabacín es una hortaliza que pertenece a la misma especie botánica que la calabaza, presenta características y propiedades nutritivas propias.

El calabacín está compuesto principalmente por agua, hidratos de carbono en mayor cantidad que en la calabaza, y una baja proporción de grasas y proteínas. Asimismo, el consumo de esta hortaliza supone un aporte moderado de fibra. Todo esto unido convierte al calabacín en un alimento de bajo aporte calórico, idóneo para incluir con frecuencia como ingrediente en la dieta de personas con exceso de peso. Sin embargo, la preparación culinaria influye directamente en este aporte calórico, e incluso se pueden duplicar las calorías, si se consume frito.

En cuanto al aporte vitamínico, destaca la presencia discreta de folatos y pequeña cantidad de vitamina C. A diferencia de la calabaza que es muy rica en betacarotenos (provitamina A), el calabacín apenas contiene. También contiene vitaminas del grupo B como B1, B2 y B6, pero en menores cantidades.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

En relación a su contenido en minerales, el calabacín es una buena fuente de potasio, además de presentar pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y hierro.

El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. El magnesio juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El calabacín presenta una pequeña cantidad de hierro, pero este mineral apenas se asimila en nuestro cuerpo, en comparación con el hierro procedente de los alimentos de origen animal.

Esta hortaliza contiene además unas sustancias denominadas mucílagos, que son un tipo de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo. Por ello, al tratarse de un alimento fácil de digerir y con ligero efecto laxante, su consumo resulta adecuado en caso de estómagos delicados, mala digestión, gastritis y estreñimiento. Contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de los niveles de azúcar en sangre en las personas con diabetes.

Por su elevado contenido de potasio y bajo de sodio, puede incluirse en las dietas de personas con patología cardiovascular y renal (cálculos renales), así como en los casos de quienes padezcan de hipertensión arterial. Les confiere una acción diurética, que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.

Con el aumento de la producción de orina, se eliminan, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico y urea.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Receta de huevos rellenos

huevos rellenos mahonesa aceitunas
Sabrosos huevos rellenos./GM

Ingredientes para la receta de huevos rellenos (para 4 personas): 

  • 8 huevos
  • 1 lata de bonito o atún grande de 160 grs en aceite de oliva
  • 4 cucharadas soperas de salsa de tomate
  • Una docena de aceitunas
  • 300 grs. de mahonesa o salsa rosa


Método de elaboración de la receta:

Se cuecen los huevos durante 12 minutos. Después de dejarlos enfriar diez minutos hasta que se puedan pelar, se les quita la cáscara y se cortan por medio a lo largo, en sentido horizontal. Se quitan las yemas y se reservan las claras.

Relleno huevos yema atún tomate
Relleno de yema, atún y tomate./GM
Para elaborar el relleno, las yemas cocidas se machacan o se aplastan con un tenedor o se pasa por un rallador, se le añade el bonito o atún y se mezcla todo con la salsa de tomate. No hay que olvidar apartar parte de las yemas machacadas para echarlas por encima al final.

En una fuente se colocan las claras boca arriba y se van rellenando los huecos de los huevos con el preparado de yema, bonito o atún y salsa de tomate elaborado previamente. Una vez que todos estén llenos, se echa la mahonesa o salsa rosa por encima y se van cubriendo todos los huevos con ella.

Por último, se espolvorean las yemas reservadas sobre la mahonesa y se adorna con las aceitunas, bien enteras o partidas por la mitad.


Información nutricional del atún y del bonito en lata

En el aspecto nutricional, el atún claro y el bonito son similares, ya que su composición es casi la misma y sus puntos fuertes, idénticos: gran contenido de proteínas de excelente calidad y de grasas cardiosaludables, tanto las del aceite de oliva del líquido de cobertura como las grasas omega-3 de los pescados azules. La única, y poco relevante, es que las muestras de atún son un poco más saladas (1,2% de sal, de media) que las de bonito (0,9%).

Otra forma de poner los huevos rellenos./GM
Estas conservas, que contienen únicamente atún o bonito, aceite de oliva y sal, son un alimento recomendable para el consumo frecuente, por muy nutritivas (el 24%-29% del producto escurrido son proteínas de calidad, tan valiosas como las del pescado fresco) y por sus grasas cardiosaludables: a las cualidades de los ácidos grasos omega-3 característicos de los pescados azules se suman las del ácido oleico del líquido de cobertura, en este caso aceite de oliva, que representa entre el 20% y el 38% del peso neto.

En el pescado fresco, el atún (12%) tiene en general más grasa que el bonito del Norte (6%), pero en las conservas esta diferencia se minimiza, dado que en función de la época de captura (en invierno, tiene menos grasa), el tamaño del pescado, el estado fisiológico del animal, y el de alimentación del atún y bonito en el medio marino hace que ambas materias primeras tiendan a parecerse mucho en su composición.

Desde un punto de vista energético, atún y bonito aportan unas 200 calorías cada cien gramos, y el aceite de oliva que los cubre en la lata, 900 calorías cada 100 mililitros. El aceite representa desde el 19% del peso neto hasta casi el 40%, con lo que hay latas con sólo el 62% de pescado, en las que consumir el aceite representa un aporte energético mayor que en otras, que cerca del 80% es pescado. Por tanto, si se come sólo el pescado, se incorporan, sea cual sea la muestra, unas 200 calorías cada cien gramos. Pero, si se consume también el aceite, la aportación energética varía según sea la lata, desde las 470 calorías cada cien gramos hasta las 340 calorías.

Pero no todo son proteínas y grasas. Consumir estas conservas significa también ingerir vitaminas y minerales. Entre estos últimos, destacan potasio, fósforo, magnesio, calcio, hierro y sodio. La cantidad de sal representa desde el 0,5% hasta el 1,8%, aunque la mayoría tiene en torno o por debajo del 1%.

Por último, el tratamiento térmico en la elaboración de la conserva (muy rápido) y su técnica de esterilización permiten que se mantengan en buena medida las vitaminas originales del atún y del bonito, que aportan sobre todo vitaminas liposolubles (A, D y E), pero también hidrosolubles como B3, B6 y B12.